Puerto Itaca

Los acordes de un tango se escuchan lejanos, tapados por el ruido de las olas, que golpean
contra el chirriante y desvencijado muelle. En escena, un puerto olvidado, herrumbrado
por el salitre y el paso del tiempo...
Sentado solo, entre amarres y redes gastadas, dormita El Capitán, un marino de ultramar
que alguna vez ancló en estas costas espectrales. Pronto nos enteraremos que sobre su nave
pesa el influjo de una antigua maldición. Un viejo conjuro que le impide hacerse otra vez a
la mar. A pesar de los ruegos de su fiel grumete, a pesar de levar una y otra vez el ancla
cuando soplan vientos favorables, El viejo bergantín seguirá sin poder abandonar el
puerto...
Hasta que una noche como tantas, el Capitán parece despertar de su sueño. Entre la
bruma, un extraño acuanauta emerge de las aguas. Ha venido a entregar una botella, hallada
en el fondo del mar. La botella porta un mensaje que contiene la fórmula para romper el
hechizo...
Pronunciadas las palabras mágicas, el viejo puerto será habitado por un coro de criaturas
marinas, tal vez mascarones de antiguos barcos hundidos que traerán a escena la figura del
gran Ulises, el abuelo de todos los nobles marineros. Allí comenzará un viaje imaginario en
el que el Capitán seguirá a Ulises en su memorable regreso a Ítaca, su tierra natal...
La voluntad de volver a la patria después del largo exilio, la nostalgia por el país de la
infancia, la espera de Penélope, la mujer que se niega a aceptar el olvido, y la lucha
denodada contra el infortunio y la adversidad serán algunas de las perspectivas para
recrear, el canto de las sirenas, la seducción de la maga Circe, el combate de Ulises contra
Escila Y Caribdis o la larga estancia en la isla de Calipso, la ninfa de la inmortalidad...
El interrogante final será si el Capitán, aquella noche, había realmente despertado de su
sueño...